Euskadi, la fábrica avanzada de Europa.

El sector de automoción tiene un carácter estratégico. Sus niveles de gestión, productividad, innovación, o la cantidad y calidad del empleo que genera, son fundamentales para el desarrollo de las economías más desarrolladas. Además, su capacidad de tracción hacia otras industrias y servicios da cuenta de su relevancia.

En este contexto, un territorio como Euskadi tiene una oportunidad única de convertirse en la fábrica avanzada de automoción de Europa. Me estoy refiriendo a una fábrica especializada, digitalizada, innovadora y con productos de alto valor añadido.

Disponemos de todo lo necesario: tradición, mentalidad, valores, conocimiento, tecnología, empresas y, lo que es más importante, voluntad. Esa fabricación conllevará, además, servicios punteros que darán mayor valor a nuestro territorio y que consolidarán su bienestar.

El crecimiento del peso del PIB industrial tiene que venir por una combinación de proyectos éndogenos y exógenos. Tenemos que ser capaces de favorecer los nuevos negocios nacidos en nuestras propias empresas o por iniciativas de personas locales emprendedoras. Por otra parte, debemos ser el territorio más atractivo para que empresas de fuera quieran compartir con nosotros sus proyectos industriales o de servicios. Y que lo hagan con la convicción de que es la mejor opción posible, por estabilidad política, por seguridad jurídica, por profesionalidad, por flexibilidad, por educación, etc.

Para potenciar todo este entramado industrial debemos continuar potenciando una fórmula específica que se ha mostrado eficaz: la innovación a través de la cooperación. Pero entendiendo la Innovación en un sentido amplio. Más como una actitud que como un aspecto puramente tecnológico. Y cooperación como un instrumento de largo recorrido donde la confianza entre las personas tenga una papel fundamental.

Una política así llamará a nuevos inversores que sientan nuestra misma pasión por el trabajo bien hecho y quieren estar a nuestro lado en este camino hacia la excelencia. Y algo fundamental reduciremos costes y time to market en toda la cadena de valor.

Sin duda debemos mejorar aspectos como el tamaño de las empresas, la capacidad de adaptación de las organizaciones y personas, una mayor estabilidad social y mayores niveles de cooperación interempresas. Pero esos retos no deben paralizarnos, al revés. Nuestra receta probada es más innovación a través de la cooperación. AIC-Automotive Intelligence Center es un buen ejemplo de ello.