El INE ha publicado ayer el Módulo de Opinión sobre el Impacto de la COVID-19 correspondiente al período «Estado de alarma y segundo semestre de 202o», dentro de la serie estadística «Indicador de Confianza Empresarial (ICE)». Se trata de una estadística relevante para entender el impacto que ha tenido el confinamiento y desescalada en la actividad empresarial, y las perspectivas para los siguientes seis meses.

Durante el estado de alarma un 66,1% de los negocios han continuado abiertos, aunque dos de cada tres han visto reducidas sus ventas, y casi el 70% de las empresas ha tenido que reorganizar o reducir la jornada laboral de los trabajadores durante el estado de alarma (en la industria, casi el 80%).

Cerca del 40% de las empresas han adoptado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para todos o parte de sus trabajadores. En las ramas de Transporte y Hostelería, el porcentaje supera el 50%.

El teletrabajo ha sido la fórmula más utilizada para mantener el nivel de actividad en los negocios durante este periodo (el 48,8% de las empresas lo ha usado) seguido del incremento en el nivel de digitalización (15,1%).

Respecto a los siguientes seis meses, la previsión es ampliar estas medidas, aunque los porcentajes varían mucho en función del tamaño de la empresa. Una vez más, la crisis afectará de forma muy asimétrica a nuestro tejido productivo.

La reducción de la demanda interna (32,7%), el incremento de la morosidad (27,0%), la fiscalidad (26,9%), las dificultades de liquidez (26,2%) son los factores que los gestores de los establecimientos consideran que tendrán un mayor impacto en la actividad de sus negocios en los seis próximos meses.

La complejidad de los procesos debido a las medidas de protección y la dificultad para conseguir material de protección preocupan en menor medida. Un 17,9% y un 12,4%, respectivamente, de los encuestados consideraron que tendrán un impacto alto en el próximo semestre.