Un canto a la esperanza

Cristina MENDIA IBARROLA - ADVISOR - Dronak | LinkedIn

Érase una vez una sociedad en la que repentinamente una pandemia hizo que se  reajustaran las costumbres.

Las personas sintieron que se les arrebataba su manera de vivir la vida, sin ser conscientes de que era la inercia del propio sistema quien les había ido inculcando una determinada manera de vivir.

Comenzaron a surgir opiniones sobre el impacto negativo que esa situación estaba teniendo en la economía enfrentándola a la salud y eso generaba a menudo confusión a la hora de tomar decisiones.

Y eso estaba afectando a todos los países así que todo el mundo estaba perdido, lo que generaba más incertidumbre.

Y entonces se restringieron los movimientos entre ciudades y países y se tuvieron que ir adaptando a la nueva situación y asumir que en realidad habían estado viviendo en una burbuja que no habían sabido cuidar.

Hoy quiero lanzar un canto a la esperanza porque es precisamente esta situación la que nos está haciendo reaccionar y proponer soluciones que, sobre todo, puedan dar respuesta a las necesidades de las personas y al cuidado del hábitat en el que nos encontramos.

Los cuidados han sido siempre relegados y ninguneados a pesar de ser una actividad necesaria para conseguir el bienestar de las y los ciudadanos y no se han valorado justamente, pero ahora hemos visto cómo han pasado a ocupar el primer plano demostrando su gran aportación y con ello la necesidad de que adquieran protagonismo.

Euskadi ya estaba incorporando los ODS de la Agenda 2030 y eso nos ha permitido en cierto modo aprender más rápidamente cómo integrarlos y hemos podido comprobar cómo el hecho de haber promovido en su momento un replanteamiento de las ciudades (Bilbao es un ejemplo de ello) al haber tenido en su momento una mirada de largo alcance a la hora de rediseñar los espacios, hace que hoy, ante las necesarias restricciones perimetrales, podamos dar largos paseos en nuestro propio entorno. ¡¡¡Aprovechemos esa ventaja!!!

Haber adquirido el compromiso de promover la presencia de mujeres en los ámbitos de toma de decisiones y premiar a esas mujeres que calladamente van aportando sus habilidades para recordar a tantas y tantas olvidadas, ha permitido continuar con el reconocimiento (Zirgari Sariak) por parte de la Diputación de Bizkaia y BBK y convocar de nuevo el Premio Ada Byron que valora el empoderamiento de las mujeres tecnólogas impulsado por Emakunde, la Diputación Foral de Bizkaia y la colaboración de la Universidad de Deusto, porque es necesaria la presencia de las mujeres en el desarrollo y crecimiento sostenible a nivel mundial que ya está mostrando su efecto positivo y por la necesidad de que participen mujeres en el diseño de la inteligencia artificial para evitar esas desigualdades que se siguen perpetuando por causa de los sesgos.

Las empresas ahora van a tener que rediseñar sus modelos de producción y sobre todo tener muy presente a las personas de la organización, apostar por la excelencia y quizá no focalizar tanto en los resultados económicos sino en incorporar modelos sostenibles y eficientes para no consumir el planeta de manera descontrolada.

El desarrollo sostenible desde lo local es ahora una oportunidad porque cada cual tenemos nuestro papel, no podemos esperar a que alguien lo haga, nos tenemos que involucrar y liderar nuestro metro cuadrado con la participación de todas las personas, desde las comunidades, las universidades, los municipios pero sobre todo con la mirada puesta en conseguir el desarrollo del “otro” no solamente del nuestro.

Vamos a cambiar la mirada y vamos a compartir lo que cada cual sabe porque eso nos enriquece y así podremos cambiar esquemas y lograr una auténtica revolución social. Tenemos un camino y no sirve de mucho parar a lamentarse o hablar continuamente de la incertidumbre porque ésta ha existido siempre aunque no fuéramos conscientes de ella. Y ha habido momentos en nuestra historia pasada,  que no fueron tampoco fáciles de superar, pero aquí estamos ahora y supuestamente contamos con muchos más adelantos que entonces así que solo hay que hacerse la siguiente pregunta ¿cómo puedo hacer del mundo un lugar mejor?